domingo, 10 de febrero de 2019

un señor

no eras tan inalcanzable, no eras tan infranqueable... qué tendrásque cuando me miras , me hablas... desatas celos, ira contra mí... qué tendrás tan apreciado... en el fondo lo sé.. eres ese hombre culto e infinitamente educado, discreto, formal, íntegro... para variar tienes el defecto amargo de la edad, de nuevo 30 años nos separan y una vida ya hecha... durante años nos hemos saludado, observado, admirado... y en la senectud aún vital, aún de buen ver, te atreves a confesarte, poco a poco, te dejas acechar y me das tu beneplácito para los cafés que acabarán siendo una vez más furtivos y para rendiciones que aún no tengo claro en qué términos se producirán... lo único que sé es que nuestras mentes se anhelan, nuestro deseo de hablar, de estar, de aprender, de caer en redes más allá de la carne es algo palpable desde hace ya demasiado tiempo, la espera se hace larga... tu admiración me hace aún más poderosa.... las lecciones de la vida me dicen que ir más allá sería un craso error...  la vida me hace pagar el amor por la mente a un precio demasiado alto... la soledad, la prohibición, la castración pública de todo signo de relación... quéhacer? cómo frenar el almacuando se te sale del cuerpo en busca de vida inteligente, en busca de caricias que tiemblan sobre mi piel...

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