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han pasado ocho años y el vigor físico anda tocado pero no por ello se ha resentido la pasión, el contacto, los besos, las entradas y salidas... más que nunca aprendemos a reinventar nuestra intimidad, mantener nuestra igualdad, nuestros roles que jamás fueron del todo definidos... siempre comprendí que este momento podía llegar tarde o temprano y jamás me preocupó mientras supiera que quien habita en ti es todo cuanto hay de mí. no puedo mentir y decir que no han sido años violentos, de idas y venidas físicas y mentales... no puedo decir que no me gustaría que conservaras esa fuerza mayor que nos llevaba al éxtasis, aún está pero se desregulariza y juega al despiste, sin más, sin dejar de ser parte de nuestros juegos.... los años no pasan en balde pero la lujuria siempre queda y entre tú y yo parece un pozo sin fondo. no nos tememos y eso nos da alas para arriesgar a cada instante y ver qué nuevas sensaciones se desatan...