hará dos semanas... pasé a tu lado con paso semiapresurado, y tenté de nuevo mi suerte con dos palabras...- un café?-
-no, gracias. -de nuevo la negativa por respuesta pero tus saludos, tus miradas, tu sonrisa en todo el resto de momentos hablan de tu intriga, de tu atracción por mí... y eso descoloca un poco...
ayer... andaba haciéndole fotos a la luna, en la calle que tú aparcaste, eran las ocho y media de la mañana, el cielo era azul sin nubes y se distinguía aún a la reina de la noche, apareces y me comentas -te he buscado para decirte adiós y no estabas-
-estaba haciéndole fotos a la luna...-
algunos comentarios banales más sin ganas de despedirnos pero el tiempo apremia y alguien quería aparcar en tu lugar.
esa atracción mental que sentimos el uno por el otro es demoledora, esa curiosidad de una inteligencia por la otra es muy poderosa... se nota la diferencia de cuando alguien te mira como un trozo de carne o cuando no paran de fluir las preguntas silenciosas entre mente y mente, es indescriptible e imperceptible para la mayoría, sólo algunos lo vivimos, lo comprendemos y nos regodeamos en ello...
fue a nuestra manera un encuentro bajo la luna...
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