sábado, 13 de diciembre de 2014

m2

a veces la vida se reduce a un metro cuadrado, hecha un ovillo sobre el sofá con el mac en frente, servicios mínimos de persona, circuito cerrado de pensamientos, inmovilismo físico y mental... el día, las horas quedan aprisionadas en ese metro cuadrado y no entiendo para qué quiero más horas, más metros, más actividad,... esa quietud casi próxima a la muerte es algo pleno, conciso, sin fisuras...aborta el sentido de la vida más allá.. un mísero metro cuadrado es el espacio vital absolutamente necesario para la existencia, para el ser pero no lo es para la vida, la vida es... otra cosa.

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