como en un terremoto... se rompen muchas cosas pero las estructuras más sólidas demuestran su fortaleza con su flexibilidad, con su capacidad de soportar las atroces sacudidas y a pesar de ello quedar en pie... ha quedado algo de nosotros y sigue siendo bello, no es perfecto pero de un valor incalculable... la felicidad no puede cuanificarse, ni tiene precio alguno... solos con nosotros mismos...
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